La casa se encuentra en un terreno de 12 por 30 metros. La superficie del terreno es irregular (contrapendiente con respecto a la calle) y el suelo de poca resistencia mecánica. Por tratarse de un barrio en desarrollo, la seguridad era un condicionante mayor. Se podría plantear una solución graficando la realidad, asumiéndola como limitante, entendiendo que todas aquellas cuestiones que hacen única esta oportunidad deben ser respetadas y acompañadas, y que solo los arquitectos pudieron ordenarlas funcionalmente.

Pero asumieron un papel distinto, dibujaron no solo lo que existe (la realidad), sino también se obligaron a plantear la realidad que necesitan, la que no tienen pero con urgencia anhelan. En consecuencia, producirían un conocimiento basado en la experiencia, tomar cuestiones conocidas, y con ellas plantear algo nuevo: topografía, recursos, necesidades, economía, materialidad y presupuestos. En un primer tiempo se construye el bloque que cobija a la familia utilizando la topografía como excusa, se ubican en seminivel el ámbito privado, sobre el mismo, la estancia publica y la cocina, dominando el paisaje.

En un segundo momento, aparecerá el mismo bloque, mas al frente, pero ya solo como cubierta, constituyendo la galería, cocheras y el asador. Esta nueva estructura contiene sobre ella a la piscina. Un sistema de recorridos, ordena los flujos y permite conquistar la casa en todo su desarrollo.

Un patio interno genera la iluminación y ventilación necesaria. La estructura nombra y dispone, los laterales ciegos tratados con una rugosa envolvente en ladrillo común quebrado, proporciona identidad además de acondicionar térmicamente los interiores.