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Mujeres y diseño en México

Mujeres y diseño en México

10 septiembre, 2013
por Ana Elena Mallet | Twitter: madamemallet | Instagram: madamemallet

Siempre que se habla de la historia del diseño en México la referencia es un entorno masculino. Durante el siglo XX, los hombres destacaron en la creación de mobiliario, objetos e incluso en las propuestas de diseño de interiores.

Poco se ha escrito y registrado sobre mujeres en el diseño de mobiliario objetos e interiorismo y sin embargo existe una interesante participación de mujeres en el diseño. Quizá la presencia más destacada –y documentada hasta el momento- es la de Clara Porset (1895-1981), cubana de nacimiento pero mexicana por convicción, Porset llegó a nuestro país en 1938 para establecerse definitivamente y casarse con el pintor Xavier Guerrero. Fue éste quien la introdujo al arte popular nacional y logró despertar en ella un interés- que se convertiría en pasión- por el mobiliario tradicional mexicano.

Tanto lo hecho a mano como el mobiliario popular se convirtieron en  referencias fundamentales en el trabajo de esta diseñadora que tomó el Butaque como emblema de diseño y trabajó alrededor de él generando un referente cultural directamente asociado con la identidad local.

En diseño de joyería destacó Matilde Poulat (1900-1960)  de la mano de  su sobrino Ricardo Salas Poulat (¿ -2006) quienes en 1934 comenzaron a trabajar objetos de plata, cobre y latón; para 1940 crearon su marca Matl (“Ma”, de Matilde, y “atl”, que significa “agua” en náhuatl), la cual destacó por su hábil trabajo con la técnica del cartoneado y la sutil incrustación de pedrería: amatista, turquesa y coral. Sus joyas hacían alusión a la flora y fauna nacional, así como a símbolos y figuras prehispánicos. La joyería de Matl fue utilizada lo mismo por divas del cine nacional, intelectuales y artistas y elegantes mujeres de alta sociedad.

Cynthia Sargent (1922-2006) fue una destacada diseñadora textil; sus tapetes y tapices eran piezas codiciadas  por interioristas y  coleccionistas. Llegó a México con su marido en 1951 y se adentraron en los círculos artísticos locales. En 1960 reunieron a un grupo de amigos dedicados a realizar diseños artesanales para fundar un espacio de compra-venta de diseño nacional. Así, ese año, en la calle de Doctor Gálvez, por los rumbos de Chimalistac, al sur de la Ciudad de México, surgió El Bazaar del Sábado.

Sargent nació en 1922 en Cambridge, Massachusetts, estudió artes en el Black Mountain College, en Carolina del Norte, y bajo la tutela de Josef Albers aprendió a pintar. De Adja Yunkers absorbió la técnica del grabado en madera en la New School for Social Research, donde, además, se adentró en la historia del arte bajo el amparo de Robert Motherwell. Conoció a Wendell Riggs en 1950, luego de divorciarse de John Balcomb, con quien había procreado un hijo. Ya establecida en México, junto con su esposo se dedicó a diseñar telas para cortinas, tapicería de mobiliario y ropa, la cual pintaban a mano con tintes naturales y en ocasiones hasta utilizaban grabados en madera para crear patrones originales. Sus telas y tapices se convirtieron en referentes para diseñadores de mobiliario de interiores, arquitectos y decoradores tanto nacionales como internacionales.

María Aurora Campos Newman de Díaz (1941-2003) fue la primera mujer mexicana en titularse como diseñadora industrial por la Universidad Iberoamericana en 1962. Al recibirse partió  a Italia para continuar su formación en  el Politécnico de Milán y luego en la prestigiosa  escuela de Ulm. En 1969 de vuelta en el país destacó por su comprometida labor profesional y su compromiso con la difusión del diseño como fundadora de grupo di en 1971, empresa dedicada a la planeación de espacios interiores para oficinas. Anteriormente en 1959 al lado de su esposo el arquitecto Raúl Díaz Gómez habían fundado la revista Calli que buscaba difundir el diseño y la arquitectura del momento. En 1983,  Campos Newman de Díaz fundó DA COLOR,  tienda pionera en el país ya que estaba especializada  en muebles para armar, realizados por diseñadores nacionales. Durante años su fuerte fue la importación de mobiliario italiano para oficinas pero en 1999 se decidió por el diseño propio desarrollando la línea de mobiliario llamada euro, producida totalmente en México.

Actualmente existe un nutrido grupo de mujeres diseñadoras que sin duda están haciendo la diferencia, curiosamente casi todas han apostado por el diseño artesanal y las prácticas colaborativas: Kitzhya Barrera al mando del colectivo de Cerámica 1050º en Oaxaca ha realizado una inigualable labor con artesanas de San Bartolo Coyotepec. Cecilia León de la Barra además de tomar como referencia elementos de la cultura popular nacional para generar nuevas piezas se ha abocado a la curaduría y a la promoción; Sonia Lartigue fundó hace casi 5 años Candela, una marca de lámparas que trabaja directamente con la familia Piña en la Ciudadela. Maggie Galton, historiadora del arte que se convirtió en diseñadora por necesidad,  ha sabido impulsar el talento de artesanas de distintas regiones para generar piezas de estética contemporánea realizadas con técnicas tradicionales en comunidades rurales. Laura Noriega originaria de Jalisco logró mapear las prácticas artesanales de su estado, localizando talleres donde ha producido piezas con un espíritu muy original y casi único. Lo mismo trabaja con cerámica, hueso, madera y otros materiales. Perla Valtierra que actualmente radica en Bélgica, encontró en la cerámica su medio de expresión. Valtierra ha desarrollado un lenguaje elegante y sobrio que resulta en piezas sencillas pero atractivas y de gran calidad.

Las anteriores son sólo algunas de las diseñadoras que ahora están destacando en profesión, pareciera que la masculinidad característica del diseño mexicano esta empezando a quedar atrás para dar paso a un nuevo momento: el de las mujeres en el diseño.

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