Murió Andrea Branzi, el arquitecto y diseñador conocido para algunos por ser uno de los fundadores, con Gilberto Coretti, Paolo Deganello y Massimo Morozzi, de Archizoom, uno de los colectivos de arquitectura de vanguardia —o neovanguardia— que surgieron a finales de los años 60 en varios países. Branzi nació en Florencia en 1938, donde estudió arquitectura, titulándose en 1966, mismo año en que fundaron Archizoom Associati. Una de las propuestas mas conocidas de Archizoom es No-stop City, un proyecto utópico desarrollado entre 1969 y 1972.

La Ciudad sin fin, lleva a su extremo las posibilidades que a la urbanización otorgan ciertas técnicas, conformando un paisaje extenso y homogéneo, que potencialmente puede cubrir toda la superficie terrestre, con una trama infraestructural que, a su vez, es traza urbana, permitiendo así, con ese esquematismo absoluto, la máxima libertad: cualquier cosa puede estar en cualquier parte. Branzi explicó que se trataba, por supuesto, de una propuesta crítica e irónica, mostrando ese extremo, a la vez lógico e ilógico, a que llevarían algunas teorías y técnicas urbanas de la modernidad que, desde la perspectiva de Branzi, tienen más de sentido utópico que las propuestas llamadas radicales. en su texto La arquitectura soy yo, Branzi escribió:

El urbanismo y la arquitectura tradicionales actúan sobre un plano de absoluta utopía. A través de su misma presencia, siguen proponiendo al mundo un orden arquitectónico y unos valores de cultura formal que va más allá de las simples funciones del habitar. Se trata de una utopía terminal e inconsciente que, de hecho, hace levantar una crisis sobre las relaciones sociales de la misma arquitectura. La arquitectura radical invierte el procedimiento: asume la utopía como dato inicial de trabajo y la desarrolla de modo realista. Concluido el proceso, no queda nada excluido, todo se cumple, como un acto perfectamente realizado en sí mismo, como pura energía creativa transformada, sin pérdidas, en energía constructiva. La utopía no está en el fin, sino en lo real. No hay en ella motivación.

Esta visión de Branzi se confirmó, casi 40 años más tarde de que plantearan No-stop City, con la propuesta que presentó, concursando con otros arquitectos, a petición del entonces presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, para pensar los posibles futuros de París. En una entrevista con Angelo Renna publicada por la revista Domus, Branzi explicó:

Para el concurso convocado por el presidente francés Sarkozy sobre el futuro de la ciudad de París, propusimos un programa de intervención no expansivo en la metrópoli, basado en la recuperación y conversión funcional de la situación existente, en la calidad de los interiores y en la inserción de 50,000 vacas sagradas y 30,000 monos libres en los parques y avenidas de París. Nuestra idea era avanzar hacia una metrópoli menos antropocéntrica, que ofreciera una hospitalidad “cósmica”, abierta a la diversidad biológica. Tomamos como referencia el modelo de la metrópoli india. Vacas sagradas, camellos y elefantes conviven con los humanos en la ciudad. La presencia de animales libres dentro de los territorios urbanos crea una especie de reducción del estrés, como elastómeros insertados en un mecanismo acelerado, que aumentan el nivel de imprevisibilidad del sistema y lo obligan a frenar su ritmo. Protegidos por su naturaleza sagrada, los animales interrumpen rutas y aumentan el misterio del mundo construido. En el tráfico urbano, una vaca sagrada puede cruzar inesperadamente. Es mejor prestar atención primero porque te pueden poner una multa y segundo porque trae mala suerte según la tradición india. Hay barrios enteros invadidos por grupos de babuinos, que saltan, roban, se golpean pero al ser considerados animales sagrados siguen siendo intocables. Podemos encontrar templos para serpientes o ratones. O como parsi; Se han construido torres de piedra a la entrada de la ciudad (llamadas torre del silencio) para que los cadáveres sean expuestos a aves carroñeras y buitres siguiendo la idea de la vida como un ciclo. Vemos un pacifismo integral. Una estrategia para una hospitalidad “cósmica”… Donde los muertos se mantienen junto a la vida, los pobres junto con las riquezas, las vacas sagradas junto con el tráfico de automóviles. Hay una idea de totalidad y de gran espiritualidad. En particular, el filósofo indio Jainio del siglo V teorizó la no violencia “integral”. Significa que no se puede matar a los humanos, sino también a los animales, insectos, microbios, hormigas y a todos los seres vivos: “Es sagrado, todo lo que está vivo”. En el proyecto de París, la presencia de animales libres toma forma a partir de una visión universal de la existencia y el ser.

Además de su papel, crítico y teórico, dentro de la arquitectura y el urbanismo, Branzi fue una figura fundamental en el diseño italiano, siendo parte del grupo Memphis, fundado por Ettore Sottsass, y director de la Domus Academy, además de diseñar objetos, mobiliario y, también, exposiciones y museografía.

Andrea  Branzi murió el 8 de octubre de 2023 a los 84 años de edad.