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Obras

Paseo Parián | Colectivo de UNO

Paseo Parián | Colectivo de UNO

ColectivoDeUno_FICA_1005© Rafael Gamo

 

Mayo. Un año más se abre al público en el Zócalo el proyecto para acoger la Feria Internacional de las Culturas Amigas (FICA), que se ha convertido, de paso, en un punto focal para reflexionar en torno al pabellón. Si en 2014 PRODUCTORA se encargaba de diseñar un pequeño espacio para muestras y diálogos, en 2015 MMX se veía en la tarea de dar forma con un diseño a todo el espacio. Su propuesta daría lugar después a un concurso, lanzado en conjunto por la Coordinación General de Asuntos Internacionales de Gobierno de la CDMX y LIGA, Espacio para arquitectura DF, que en su primera edición ganaba el estudio Ambrosi | Etchegaray.

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Nada menor. En un país necesitado de concursos públicos de arquitectura, diseñar un pabellón para el Zócalo es, si cabe, una de las mejores formas de lanzar un manifiesto en su defensa. Este año, además, tenía el reto de continuar tales diatribas sin perder calidad y frescura. La propuesta ganadora en esta edición, realizada por Colectivo de UNO –un grupo de arquitectos egresados del Taller Max Cetto de la UNAM: Helmut Balle, Sebastián Gnaedig, Jimena Hogrebe, Roberto Michelsen y Nicolás Vázquez–, continuaba la idea de la círculo de su predecesor, pero a diferencia de aquel, lo seccionaba en tres arcos que, al tiempo que evitan espacios cerrados, acogen la llegada de la gente desde distintas zonas al Zócalo. El resultado es un espacio abierto, permeable y múltiple con la meta de promover la hospitalidad y la diversidad. Se responde así a la condición  actual de la Plaza de la Constitución y construye un diálogo espacial con su historia a través de la fragmentación del espacio abierto y del replanteamiento de los usos y costumbres que en ella se han dado.

ColectivoDeUno_FICA_1292ColectivoDeUno_FICA_1321© Rafael Gamo

 

Tal fragmentación permite que Paseo Parián –el nombre con el que se conoce al proyecto– se componga por cuatro plazas de distintas escalas, condiciones y ambientes desde tres cuerpos curvos que contienen los puestos de las distintas embajadas, espacios descanso y para acontecimientos informales. Además, la fragmentación de la propuesta ha permitido adaptarla a las recientes obras que sufre la plaza sin que, por ello, haya tenido que perder la idea original, aunque sí le haya costado perder algunos de los programas fundamentales como el Pabellón de la Ciudad de México que debía funcionar no sólo como un elemento destacado sino como un área lúdica y de descanso.

ColectivoDeUno_FICA_2340 ColectivoDeUno_FICA_1795© Rafael Gamo

 

Factores externos a los arquitectos que sí consideraron en Paseo Parián las condiciones climáticas del mes de mayo –algo criticado en años anteriores– al dejar pasar el aire y proteger del sol y de la lluvia bajo unas enormes cubiertas de estructura de andamio que ofrecen una sombra generosa en la plaza.  Las cubiertas, realizadas en llamativos colores rosa, azul y verde, con distintas tonalidades que evitan un carácter homogéneo, suponen, además de una diferencia entre los grises y pardos colores de la plaza, una buena y eficiente reinterpretacón del comercio y los mercados sobre ruedas de la ciudad –no es casual entonces que su nombre remita a El Parián, mercado demolido en 1844– dando lugar a un espacio familiar para los visitantes locales y atractivo para los extranjeros. 

El diseño promueve la plaza como un espacio urbano para el paseo y el ocio con la creación de pórticos sin columnas y nuevos recorridos que, a la vez, responden a los flujos peatonales cotidianos.

ColectivoDeUno_FICA_D_005© Rafael Gamo