No existen muchas ciudades en la historia que se hayan convertido en su momento en un paradigma para la arquitectura y el urbanismo; ejemplos que por su estructura morfológica o elementos arquitectónicos hayan definido y sean muestra de un estilo de vida hasta el punto de convertirse en objeto de estudio para la teoría y práctica arquitectónica. Tal vez Estados Unidos ofrezca, durante el siglo 20, dos casos destacados y al tiempo extremos entre sí. La costa oeste tiene a Nueva York, ciudad compacta, vertical y compleja, descrita para la disciplina de manera fascinante por Rem Koolhaas en su Delirio de Nueva York. Visión enfrentada a la de Los Ángeles, en el otro extremo del país, muestra ejemplar de la ciudad dispersa, de lo horizontal y el uso del automóvil privado, lugar de la búsqueda del sueño americano: la casa suburbana con jardín delantero y valla blanca.

La ciudad no sólo es cuna de ejemplos notables de la arquitectura, de forma muy particular en la construcción de casas particulares, como las Case Study House, o las viviendas desarrolladas por arquitectos como Rudolf Schindler, Richard Neutra, o Frank Gehry. Tanto su arquitectura como su urbanismo disperso y su movilidad urbana han sido representados desde distintas disciplinas, bien sea desde la teoría, con ejemplos como los de Reyner Banham – Los Angeles: The Architecture Of Four Ecologies (1971) –, Mike Davis – City of Quartz (1990) o Ecology of Fear (1992) –, o Edward Soja; pero también el cine o la fotografía, donde se podrían destacar los trabajos de personalidades como Edward Ruscha o Julius Shulman (Neutra + Shulman). Incluso Denise Scott Brown y Robert Venturi pensaron en la ciudad como destino antes que Las Vegas, pero optaron por esta segunda porque supone una reducción prístina del caso angelino a una sola carretera: el Strip.

Recoger ese legado y transmitirlo al público es lo que se ha propuesto la Fundación Getty con la nueva edición de Pacific Stardard Time. Si la anterior se centraba sobre la producción artística de la ciudad posterior a la Segunda Guerra Mundial, esta segunda –Modern Architecture in L.A.– se esfuerza en contar la historia arquitectónica de la metrópoli a través de once exposiciones que tienen lugar durante los meses de abril a julio de 2013 en distintas galerías y museos de la ciudad, convirtiendo así todo el contexto urbano en una celebración del desarrollo arquitectónico de la ciudad en la segunda mitad de siglo 20.

Entre las muestras destacan “Overdrive: LA Constructs the Future, 1940-1990″ o “A Confederacy of Heretics: The Architecture Gallery, Venice, 1979″. La primera es la pieza central de la exhibición, que analiza la trayectoria de Los Ángeles a través de fotografías, dibujos, maquetas, películas y otros formatos, dividiendo la exposición en cinco temáticas: la cultura del automóvil, las redes urbanas, los motores de innovación, los polos comunitarios y la arquitectura residencial. Overdrive es, según sus curadores, “un proyecto de investigación que explora la historia del desarrollo arquitectónico y urbanístico de Los Ángeles en todos sus aspectos, incluida la ciudad suburbana y la expansión resultante; los esfuerzos para crear los centros urbanos; la construcción de las autopistas; los experimentos de los arquitectos con nuevos materiales, técnicas y tipos de construcción (especialmente en relación con la cultura del automóvil de la época); y la creación de la arquitectura de destino a través de, entre otras cosas, las atracciones turísticas, los restaurantes y centros comerciales”. La segunda está más centrada en las figuras, mostrando archivos originales que se exhibieron en la galería temporal que realizó en su propia casa el arquitecto Thom Mayne y en la cada semana se invitaba a un, por entonces, arquitecto emergente a participar cada semana y a la que fueron invitados figuras como Frank Gehry, Morphosis o Eric Owen Moss. El resto de exposiciones se suman a estas y a un conjunto de actividades y muestras paralelas que buscan celebrar y mostrar un amplio enfoque de la ciudad de Los Ángeles, modelo urbano elogiado y admirado a partes iguales.