¿Cómo reconstruir el espacio en el medio digital para posteriormente deconstruirlo a través del uso preciso de la luz, el sonido y la narración de una experiencia perceptiva cambiante? En Arquine No. 63, Hans Ulrich Obrist escribe sobre Mundos virtuales para inferir que “desde los emprendimientos vanguardistas de Alexander Dorner, Alfred Barr y Philip Johnson, el estilo expositivo conocido como “el cubo blanco”, por atemporal que pueda parecer, no ha dejado de evolucionar. La experimentación e innovación han sido incesantes tanto en el arte como en la forma en la que éste se presenta al público”. Ulrich Obrist cita a Georges Perec para abrir la discusión sobre el tema: “¿acaso sabemos con exactitud dónde acaba el recinto, dónde se dobla, dónde se separa y dónde vuelve a juntarse?” Sobre esta deconstrucción simbólica del espacio trabaja el grupo Antivj, conformado por los artistas visuales Simon Geilfus, Yannick Jacquet, Joanie Lemercier, Olivier Ratsi y Romain Tardy, y el músico Thomas Vaquie quien realiza piezas artísticas digitales a partir de la aplicación de luz artificial proyectada sobre edificaciones que modifican tanto la materialidad como la percepción que loe espectadores tienen del espacio. Con el uso de la proyección, mezclada con tecnologías tanto digitales como analógicas son capaces de eliminar todo aspecto formal y material construyendo instalaciones y narrativas visuales con las que redibujan y reimaginan cualquier construcción.

Este modelo de trabajo requiere saber sobre las posibilidades técnicas como del espacio donde se trabaja. Los artistas no proyectan cosas al azar ni repiten-replican sus instalaciones, sino que precisan tanto de contar una historia o generar una experiencia perceptiva que requiere un análisis espacial previo a través de una reproducción digital que sirve como modelo para la ejecución de la obra. El trabajo de este colectivo, audofefinido como label visual,  ha sido expuesto en distintas ciudades del mundo a través de distintos eventos y festivales de arte digital. Así este trabajo les ha llevado a viajar por países como Canadá  China, Corea o Polonia, donde deconstruyeron el famoso Centro del Centenario de Wrocław del arquitecto Max Berg, Patrimonio de la Humanidad y uno de los edificios pioneros en el uso del concreto armado. También el nuevo Museo Pompidou en Metz del arquitecto Shigeru Ban se ha visto “afectado y rediseñado” por este grupo. En México participaron en el festival primer festival MUTEK.MX conjunto con el artista tijuanense MURCOF. A esta visita hay que sumar la realizada este mes de abril donde participaron en el reciente Festival Internacional de Diseño y Artes Digitales de Oaxaca (Proyecta Oaxaca 2013), donde exhibieron parte de su última pieza: The Ark; y, una vez más, en la más reciente edición de MUTEK.MX con 3DESTRUCT v2, “una instalación que sirve para sumergirse dentro de un cubo transparente que genera luz y sonido, y que cuando la atraviesas pierdes todas tus referencias geográficas en este universo no lineal que destruye cualquier coherencia espacial”. Al final, siguiendo a Hans Ulrich Obrist, estas deconstrucciones lumínicas son parte de un mundo virtual en el que “la comunicación es post-simbólica: en lugar de negociar el significado de los símbolos que remiten a las cosas, haces las cosas. El mundo virtual presenta muchas características de los sueños, ya que puede ser fantástico y moverse en muchos lugares mediante asociaciones pero, al mismo tiempo, comparte ciertas cualidades conversacionales; permite la participación de varias personas y tiene un carácter dialógico de continuidad colaborativa”.