Esta casa, situada en la zona patrimonial del antiguo pueblo de Tacubaya, es el resultado de la remodelación de un viejo inmueble que había sido objeto de diversas adaptaciones. A través de los años, esta construcción había sido modificada y parchada.

La construcción tenía gruesos muros de adobe y un patio de proporciones muy agradables. Los espacios interiores no interactuaban con el patio sino que eran una serie de cuartos oscuros con techos altos y conectados entre sí a través de pequeñas puertas.

El nuevo proyecto gira en torno al mismo patio, guardando su proporción inicial. Ahora todos los cuartos, ya sean adaptados o construidos, están ligados a él, dando vida a lo que ahora es una nueva casa. Durante la obra, se creó un segundo piso para albergar las habitaciones, se adaptó un estacionamiento y la enfilada de cuartos se convirtió en un gran volumen que se conecta con el patio para formar el espacio público de la casa.

Los techos se transformaron en una serie de terrazas y jardines que se pueden descubrir y recorrer a modo de circuito, dando así mayor amplitud al inmueble. El resultado es una nueva casa llena de luz que pareciera haber sido siempre así. El uso de materiales, como la cal que se marca con las lluvias y genera lágrimas de pátina en las fachadas blancas, la vegetación y el hecho de haber respetado las proporciones del patio hacen que esta casa se adapte a las necesidades de sus dueños, al igual que a su entorno patrimonial.